
Ampliemos ese programa para sembrar tres mil millones de árboles y adicionalmente crear un millón 200 mil empleos. Asumamos nuestra responsabilidad económica y ayudemos en lo social. México financia lo suyo y Estados Unidos lo de Guatemala, Honduras y El Salvador, dijo concretamente.
Con cuatro millones de hectáreas sembradas de árboles maderables y frutales se eliminan 70 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, expresó.
Una propuesta complementaria a Estados Unidos, explicó, sería que ofreciera a los participantes del plan de reforestación que después de tres años de iniciarlo, tengan la posibilidad de obtener visa de trabajo temporal, y pasados otros tres o cuatro la residencia en ese país, o en su defecto la doble nacionalidad.
López Obrador reiteró su criterio de que el fenómeno de la migración no se resuelve con medidas coercitivas, sino con justicia, bienestar y equidad. Es necesario, insistió, ordenar los flujos migratorios con humanismo y juicio practico, y dejar en herencia un planeta habitable y de fraternidad universal.
El mandatario inició su intervención con el anuncio de que México descubrió tres grandes yacimientos de petróleo, pero que ese crudo se destinará solamente a cubrir la demanda interna de combustible para acabar con la práctica de exportar petróleo para importar gasolina.
Con esos hidrocarburos se modificarán y modernizarán las plantas hidroeléctricas para reducir el uso del combustóleo y el carbón para producir energía, y se hará énfasis en la derivada de la fuerza del agua que produce electricidad limpia y barata, para lo cual México cambiará las viejas turbinas por modernas, y construirá más presas.
El gobernante participó en la cumbre desde el Salón de tesorería del Palacio Nacional, sede de sus conferencias matutinas, la cual interrumpió para comparecer en la cumbre.