
Insistió en que México no tiene por qué meterse en asuntos que competen solamente a terceros y se aferra a la filosofía de la no intervención y otros principios básicos recogidos en la Carta Magna, las cuales tienen que ver con nuestra trayectoria en política exterior y se deben respetar.
Deseamos, dijo, haya buenas relaciones entre los pueblos y gobiernos del mundo, sin confrontación y mucho menos guerra, y es lo que deseamos en este caso.
Repitió que la política se inventó para evitar la confrontación y la guerra. En política exterior es muy importante buscar el diálogo, el entendimiento, no apostar a la confrontación y actuar con prudencia y respeto.
Yo creo, dijo, que va a ser un asunto pasajero, solo un mal momento, es lo que veo y ojalá sea así.
En cuanto a la situación de crisis en la frontera con Estados Unidos por el tema migratorio, desmintió alguna intervención o presión por parte de Washington, aunque dijo respetar las opiniones de todos.
Aunque no es cierto lo que se sustenta, señaló, vamos a seguir teniendo buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos y no nos vamos a pelear.
El presidente Joe Biden no nos ha pedido apoyo en el tema de la frontera aunque otros estén demandándole que venga a regañarnos, pero él ha sido muy respetuoso con nosotros y espero se mantenga así, expresó.
La Casa Blanca admite una presión muy grande de decenas de miles de migrantes en la frontera común -sin las estridencias de las grandes caravanas- quienes con la salida de Donald Trump ven una oportunidad de entrar al país.
Sin embargo, el propio Biden les está quitando esa esperanza al llamarlos a no ir a Estados Unidos y deportar a casi todos los que traspasan el muro en indetenibles oleadas diarias.