
Consideró que es normal y no solo se presenta en México sino en otros países como parte de la efervescencia política que siempre se desata en estos procesos donde se disputa el control de los cargos públicos.
Lo importante, dijo, es garantizar elecciones limpias y libres, que sean los ciudadanos quienes decidan sin presión, sin tener que recibir despensas o cualquier otra migaja a cambio del voto, porque esa era la mala costumbre e hizo de México el país con mayor fraude comicial en el mundo.
Ahora, agregó, estamos inaugurando una nueva etapa porque el fraude ahora es un delito grave y a quien se le prueba se le juzga y condena sin derecho a fianza.
Ya no es permitido usar a los gobiernos, nacional o locales, para favorecer a algún candidato, tampoco pueden comprar votos, robar urnas, falsificar actas, hacer trampas. Ahora serán limpias y libres y todos tenemos que ayudar para que lo sean, reiteró.
Por lo demás, todos son libres de hacer las acusaciones y demandas que sean en el organismo más conveniente para ellos, el Gobierno garantiza ese derecho, no hay limitaciones, pues tampoco hay algo para esconder y nada de qué avergonzarse.